Fue mi deseo de realizar este proyecto intercultural entre el país hermano de México y nuestro país Perú, con el cual tenemos muchas costumbres similares y con el cual compartimos muchas de sus tradiciones, con diferentes maneras de representación, pero con un mismo sentido.
El culto y honra a los Muertos es una práctica ancestral entre muchos de los pueblos del mundo, el misterio del más allá, siempre ya llenado la imaginación de obras literarias y de diferentes expresiones artísticas. Así, la Catrina y el Catrín salieron del lienzo un Día de Muertos, cruzó ese puente imaginario entre el Mundo de los Muertos y el Mundo de los Vivos y cobraron vida aquí, en un país distinto al suyo, el cual lo recorre con sorpresa, observa nuevas realidades, nuevas costumbres, pero todas alusivas a este día en el que se honra le memoria de los que ya se fueron. Nosotros también practicamos esta tradición ancestral, desde nuestros antepasados hasta la actualidad, y así se torna en una expresión de cultura viva de nuestra sociedad, la cual se funde en un solo día, pero sin embargo el viaje de nuestra existencia se tornaría atemporal e interminable entre la Vida y la Muerte, convirtiéndose así en un eterno viaje.
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Lima - Perú
